jueves, 3 de abril de 2008

Algunas cosas que se quedaron en el tintero.

Otra persona involucrada de alguna manera en el proceso de creación de “El Baile del Vampiro” fue el escritor, amigo y, antes, compañero de instituto, Luis Cauqui.
En un momento en que todavía no tenía del todo claro lo que quería hacer con mis personajes acudí a el para pedirle ayuda.

Luis, que es ante todo una persona extraordinaria y un talentoso escritor, cuyos libros probablemente ya conozcais alguno de vosotros, no sólo se tomó el trabajo de escribir un relato sobre Jacob, publicado posteriormente, y si no recuerdo mal, bajo el título “Lo que pudo ser El Baile del Vampiro” (Fanzine BRAM nº 5) en el que desarrollaba una interesante y muy personal visión de los vampiros, sino que además se molestó en crear un pequeño universo alrededor de él. Probablemente nunca le estaré suficientemente agradecido.

El problema era que todas las ideas que propuso estaban demasiado alejadas de lo que yo precisaba en ese momento. Comenzando por el nombre del vampiro, a quien bautizó como Alexander, y siguiendo con una serie de “entes” similares a los Eternos del Sandman de Neil Gaiman, llamados “Los Colores”. Cada uno de estos seres representaba y lucía distintos colores del espectro. Algo que hubiera quedado bastante deslucido en un tebeo en blanco y negro.

Creó sin embargo un personaje maravilloso, una vieja vampira ciega llamada Julia que hacía las veces de mentora con Jacob. Un personaje que me quedé con muchas ganas de utilizar.
Por aquel entonces no sabía exactamente si en Planeta querrían convertir la miniserie en una serie regular (de hecho el proyecto no estaba aprobado todavía) aun así Luis y yo acordamos que yo escribiría los primeros doce número de la serie, de 24 páginas cada uno, y a partir de ahí colaboraríamos en alguna miniserie y tendría la oportunidad, de la que ya habíamos hablado antes mas de una vez, de trabajar con el.

Sin embargo, como es sabido, la serie “El baile del Vampiro” se quedó en cuatro números de 24 y un especial de 48 páginas. La línea Laberinto acabó cerrando y no fué posible llevar a cabo aquello que hablamos.

Me sentí fatal, porque, de algún modo, tenía la sensación de haber hecho trabajar a Luis para nada.

Afortunadamente el contacto se ha seguido manteniendo y, actualmente, Luis y yo trabajamos en un libro infantil que espero acabar en breve titulado: "33 abuelas".
Y al menos todo aquello me sirvió para aclarar mis ideas y ponerme a trabajar en el guión de "El Baile del Vampiro"

En la imagen, otro de los numerosos bocetos de Jacob en los que el personaje aún llevaba una espada. Supongo que se trata de una reminiscencia de la película "Los Inmortales". Afortunadamente la espada desapareció para siempre.

No hay comentarios: